El pasado 11 de julio, el Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera anunció una nueva política de máximos de estacionamiento para la CDMX. Esto quedó establecido en la Norma Técnica para la Reducción de Estacionamientos para Automóviles. Este cambio, coloca a la Ciudad de México, la más grande de Norteamérica, a la vanguardia entre las ciudades de la región en la regulación del estacionamiento fuera de la vía y el establecimiento de prioridades en el uso del suelo.
Hoy en día en nuestras ciudades, el espacio público y el suelo se vuelven elementos cada vez más relevantes y escasos. Sin embargo, en muchas ciudades, regulaciones anacrónicas aún requieren proveer enormes espacios dedicados a estacionar autos en construcciones de uso habitacional y comercial, sin tomar en cuenta las condiciones del entorno, las tasas de motorización, su proximidad con sistemas de transporte masivo y no motorizado, así como la demanda por el mismo estacionamiento. Esto conlleva un alto número de consecuencias no deseadas, entre las que se encuentran: el continuo encarecimiento de vivienda, el aumento en la congestión vehicular, un incentivo al uso del automóvil, la utilización de suelo escaso para un usos con bajo valor social en perjuicio de la vivienda a un precio justo, o espacios públicos de calidad.
En los últimos días, importantes medios de comunicación han publicado interesantes artículos sobre el reciente cambio regulatorio en la CDMX, y su importancia en el mediano y largo plazo.
Es importante poner esta norma en perspectiva. No se trata de prohibir la construcción de cajones de estacionamiento sino de revertir su tendencia de crecimiento exponencial. Por ejemplo, para uso habitacional, el límite máximo es tres cajones de estacionamiento, independientemente del tamaño de la vivienda. Para oficinas, el máximo es un cajón por cada 30 m2. Adicionalmente, de manera destacada, la nueva norma exige sí mínimos de estacionamientos -pero para bicicletas- en la zona central de la ciudad. También se establece la creación de un mecanismo para aportar recursos al fondo para el financiamiento del Metro y el Metrobús, mismos que se generarán de aquellos desarrollos en la zona central de la ciudad que superen el 50% del máximo. Es decir, un edificio con un máximo de 100 cajones de estacionamiento, comenzará a aportar al fondo a partir del cajón 51, creando así un incentivo para contener la expansión de la superficie destinada a estacionamiento. En el siguiente enlace se puede consultar a detalle la norma.
Cabe destacar que este cambio de paradigma, es resultado de más 10 años de trabajo incansable por colocar el tema de la gestión del estacionamiento en la agenda pública de la Ciudad de México. Para lograrlo, fue clave la publicación en 2014 del estudio Menos Cajones, Más Ciudad, que contó con el apoyo de la Embajada Británica en México y la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (SEDUVI), y que evolucionó en una propuesta de reforma a la norma que fue entregada al gobierno en 2015. El estudio fue clave para evidenciar que la ciudad estaba construyendo más metros cuadrados de estacionamiento que de vivienda, provocando que las personas sean expulsadas a la periferia debido al encarecimiento de la vivienda.
Una vez teniendo este tipo de evidencia y estudiando las mejores prácticas internacionales, el lograr la suma de voluntades de diversos ámbitos ha sido necesaria para que esta propuesta llegara a buen puerto. Vale la pena destacar esta dinámica de colaboración como modelo replicable para la implementación de políticas públicas positivas para nuestras ciudades.
Un breve recuento: El estudio “Menos cajones, más ciudad” da inicio a la propuesta por parte de ITDP de reformar la ley. Se inicia la campaña Menos cajones, más ciudad, para hacer accesible información a la opinión pública a través de talleres de medios, infografías y videos, entre otras iniciativas de comunicación. Posteriormente, la socialización se intensifica con un concurso para repensar el estacionamiento, idea nacida desde el IMCO, y con el apoyo de aliados estratégicos representantes de instituciones públicas, organizaciones civiles y sector privado, así como un jurado de conformado por prestigiados urbanistas, arquitectos, expertos en política pública y economistas. En la premiación, en febrero de este año, el Jefe de Gobierno anuncia la necesidad de reformar la norma actual de estacionamiento, como parte de su estrategia de gobierno en materia de movilidad y desarrollo de una Capital Social.
Ahí comenzó el proceso en el que ITDP acompaña a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda y a la Secretaría de Movilidad para procesar la discusión técnica con importantes gremios que viven la realidad día a día como la Asociación de Desarrollo Inmobiliarios.
A la vez se debatió con la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales así como con la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción a la Vivienda en ambos casos con mejor voluntad de llegar a acuerdos en beneficio de todos.
Una norma de este calado no es labor de una sola persona ó institución. La Asamblea Legislativa también reconoció la necesidad de reformarla y para ello realizó propuestas y foros con destacadas participaciones.
Importantes organizaciones de la sociedad civil como son Bicitekas, el WRI, la editorial Arquine y desde luego el IMCO, fueron clave para hacer el alcance de una política pública como ésta más potente, transversal y duradero.
¿Qué sigue?
El reducir la necesidad de construir cajones de estacionamiento es un paso fundamental en la dirección correcta, sin embargo, ahora requerimos avanzar en algunas estrategias como:
- La socialización de las ventajas de la norma a la ciudadanía en general.
- El monitoreo de los impactos de la Norma para medir cuestiones como cumplimiento de la misma, reducción del tráfico, cantidad de metros cuadrados dedicados a otros usos, etcétera.
- Continuar y acelerar las mejoras a opciones de movilidad sustentable, especialmente el transporte público.
- Fortalecer y ampliar el programa de parquímetros Ecoparq, el cual es un aliado necesario y natural de este cambio de Norma.
- Encontrar esquemas para tener muchas más viviendas a precio asequible en zonas centrales de la Ciudad.
La reforma a esta norma marca un hito para nuestra querida ciudad. Al paso del tiempo los efectos de esta reforma alterarán para bien el destino al que vamos. Con ella, nos colocamos a la vanguardia en materia de Desarrollo Urbano Orientado al Transporte, no solo en el país sino en toda la región. La visión de la que partió el cambiar esta norma proviene de buscar una ciudad mucho más pensada para la gente que para los autos. Con esta nueva norma, los capitalinos dejaremos muy claro que queremos ser la última generación del tráfico de la CDMX y contribuir a nuestro deber de dejar una mejor ciudad para nuestras futuras generaciones. Esta Nueva Norma muestra que juntos lo podemos lograr.