En el marco del proyecto “Movilidad inteligente: datos y nuevas tecnologías para movernos de manera más segura, eficiente y sustentable,” auspiciado por el Fondo de Prosperidad y la Embajada Británica en México, y en colaboración con la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México y Cerebro Urbano, se llevó a cabo el taller planeación estratégica y de negocios en la integración del transporte público, impartido por John Barry, encargado de desarrollo de rutas de autobuses de Transport for London (TfL).
La Subsecretaria de Planeación, Laura Ballesteros, en representación del Secretario de Movilidad de la Ciudad de México, destacó la importancia de la nueva Ley de Movilidad de la Ciudad de México, aprobada en 2014, con la cual se le otorgó a Semovi la función de cabeza de sector. En este sentido, resaltaron los esfuerzos que la actual administración emprende para transformar el transporte público, y citó la ampliación de la Línea 5 y la construcción de la Línea 7 del sistema Metrobús, así como la construcción del corredor eléctrico en el Eje 8, operado por el Sistema de Transportes Eléctricos.
ITDP compartió avances del proyecto Movilidad Inteligente, que incluye la elaboración de un diagnóstico nacional de uso de tecnologías y gestión de la información en sistemas de transporte urbano, un análisis a profundidad para la Ciudad de México, el apoyo a un proyecto piloto que haga más eficiente un sistema de transporte a través de estrategias de gestión de la información y una serie de talleres para servidores públicos, empresas, academia y emprendedores sociales. Estas actividades informarán una hoja de ruta de implementación de proyectos de movilidad inteligente y una serie de recomendaciones de política pública útiles para los tres órdenes de gobierno.
El objetivo principal del taller fue compartir con funcionarios del gobierno de la Ciudad de México las enseñanzas del manejo y planeación de la red de autobuses de Londres operada por TfL desde 2001, cuando se creó TfL como un organismo metropolitano para Londres. Específicamente el área de autobuses administra una red de más de 700 rutas para una ciudad que supera los 8.6 millones de habitantes, se encuentra en crecimiento y en la que existen más de 31.3 millones de viajes diariamente.
Uno de los elementos que más interés generaron en los asistentes fueron los esquemas de contratación individual, en los que cada ruta cuenta con un contrato que incentiva la calidad a través de premios o castigos tanto financieros como en la temporalidad de la concesión. Esto es relevante pues la Ciudad de México se encuentra migrando de un esquema de hombre-camión a otro de empresas operadoras de corredores, por lo que el esquema londinense tiene muchas lecciones que aportar al diseño del modelo local.
Los funcionarios coincidieron en que una similitud entre el modelo de Londres y el de la Ciudad de México es la forma en que se establecen las tarifas. En ambas latitudes es una decisión política, aunque el alcalde de Londres recibe mucha información técnica de TfL para poder definir la tarifa. En este sentido, fue muy relevante aprender que cerca de un tercio de los usuarios de la red de autobuses de Londres reciben algún tipo de subsidio; sin embargo, esto se hace de manera focalizada y es una importante herramienta de política pública social.
Adicionalmente, el uso de tecnología para procesar las grandes cantidades de datos generados tanto por el sistema de posicionamiento satelital, así como por los mecanismos electrónicos de cobranza, generaron gran interés. Los encargados de planear las rutas se benefician de contar con herramientas que permiten interpretar dichos datos para contar con un sistema más eficiente.
Como conclusión el taller permitió visualizar la evolución de un modelo de transporte de superficie que ha venido dando resultados y haciendo los ajustes necesarios, en particular en los mecanismos de contratación, para mejorar el servicio al usuario, con tarifas planeadas de manera incluyente y que hace uso de la tecnología para hacer mejor uso de los datos del sistema mismo. Las ciudades en países en vías de desarrollo cuentan con la oportunidad de mirar las mejores prácticas internacionales de ciudades como Londres, y así adaptar e innovar aquellas estrategias que permitan mejorar los sistemas de movilidad.