Perspectivas de apertura
COP 20 Lima, Perú a 7 de diciembre de 2014 – Mientras el proceso de negociación de la Conferencia de la Partes (COP20) entró en receso este domingo, la carrera hacia la COP21 toma también un respiro… ¿o lo hace realmente? Durante los eventos del Día de Transporte (Transport Day), organizado por la alianza SLoCaT y la iniciativa Bridging the Gap, 200 promotores de transporte sustentable pertenecientes a varios sectores y a distintas regiones se reúnen para definir estrategias que incrementen la visibilidad y la agenda de transporte dentro y fuera de los procesos de negociación de la Convención marco de naciones unidas para el cambio climático (UNFCCC por sus siglás en inglés), en una carrera de Lima hacia París. Hoy, el transporte sustentable se encuentra claramente en una posición más favorable a la que se encontraba durante la inauguración del Día de Transporte de la COP19 en Varsovia, ya que Lima es un paso crítico para planear y consolidar un acuerdo global hacia la COP21. Sin embargo, a medida de que el proceso de planificación hacia París gana popularidad, debemos preguntarnos a nosotros mismos si el vaso de la agenda de movilidad está en realidad medio lleno o medio vacío.
La lucha contra el cambio climático en el sector transporte
El sector transporte produce 7 Gigatoneladas de CO2 al año, cifra que podría duplicarse hacia el 2050 si no se acuerdan y concretan acciones claras que frenen esta tendencia insostenible. A pesar de que el transporte cuenta con un significativo potencial de mitigación -mediante las estrategias evitar, cambiar y mejorar– la falta de datos sólidos, rendición de cuentas y transparencia en la información dificulta este progreso, aunado a la ausencia de soporte adicional financiero y político que resulta inminente para alcanzar las metas establecidas. Las ambiciones de mitigación esperadas son insuficientes para satisfacer objetivos de desarrollo sustentable y el progreso actual del Grupo de trabajo especial sobre la Plataforma de Durban para una acción reforzada (ADP por sus siglás en inglés) es escaso para atender el objetivo de no rebasar los dos grados centigrados de aumento de la temperatura de la tierra señalados por las ciencia con creciente urgencia.
Bajo este escenario sombrío, sería importante cuestionarnos si el sector transporte podría llevar a cabo esfuerzos específicos para mejorar sus estrategias, ofreciendo reducciones contundentes de emisiones. En este sentido, los panelistas de varios sub-sectores se reunieron para reflexionar sobre el tema, partiendo de los mensajes recientes emitidos por agencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU) con un enfoque en transporte, así como de su relevancia para la formulación de políticas públicas sobre el cambio climático y la movilidad. Entre los esfuerzos señalados se mencionaron las políticas nacionales de Etiopía para alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2025 y de México para crear ciudades con un mayor enfoque humano; los planes municipales de Lima para ampliar las opciones de movilidad y de París para incrementar las acciones de tránsito y la oferta de modos no motorizados; así como las iniciativas de la industria Michelin para financiar soluciones de movilidad innovadoras, para explorar nuevos combustibles para el transporte.
El foco de la discusión se resume en un tema compartido: necesitamos mejorar los vínculos entre los procesos, así como los esfuerzos adicionales para cerrar la brecha y alcanzar los objetivos, acelerar la transferencia de conocimiento y los esfuerzos en materia de tecnología y racionalización del uso de suelo, los patrones de vivienda y el desarrollo orientado al transporte para garantizar que la movilidad contribuya de manera efectiva en la reducción de las emisiones GEI en una línea que no supere los 2° centígrados.
Propuestas Convergentes
Participantes del Día de Transporte, unidos para luchar contra el cambio climático, aprovecharon la oportunidad para la planificación estratégica de soluciones en las siguientes cuatro vertientes: la mitigación potencial de transporte; las medidas de mitigación apropiadas a nivel nacional (NAMAs por sus siglás en inglés) junto con su medición revisión y verificación (MRV por sus siglás en inglés); finanzas, y adaptación. La discusión se centró en cómo mejorar la inclusión del transporte en el marco de la UNFCCC, en vías para incrementar el vínculo entre transporte y los procesos de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (SDG por sus siglás en inglés), y en la mejor forma de ampliar las acciones de mitigación en materia de transporte dentro de los cinco compromisos de la Cumbre Climática con el objetivo de escalar el impacto positivo social y ambiental de los mismos.
En la discusión sobre mitigación se expresó la necesidad de evolucionar los actuales esfuerzos globales para modelar el potencial de mitigación en el sector transporte para ganar mayor relevancia dentro del proceso de la UNFCCC, mejorando la recopilación de datos de MRV de los proyectos de movilidad, para construir una agenda que conduzca hacia las metas establecidas en las medidas de mitigación apropiadas a nivel nacional NAMAs y las contribuciones previstas determinadas a nivel nacional (INDCs por sus siglás en inglés). Asimismo, se sugirió la creación de indicadores para el desarrollo de transporte sustentable, los cuales permitan definir un camino en el proceso posterior a 2015 y aumenten el acceso de los gobiernos locales a los fondos nacionales, señalando que se necesitan alianzas sólidas para vincular fuentes de financiamiento y medios de implementación que sean permeados desde un nivel global, hacia iniciativas locales. Las cuestiones clave identificadas para NAMAs incluyeron mejorar las metodologías de medición, revisión y verificación (MRV), la financiación de marcos institucionales y el apoyo durante la preparación, diseño y ejecución de proyectos, especialmente en África y Asia.
Las medidas de mitigación apropiadas a nivel nacional (NAMAs) deben incorporar los beneficios del desarrollo sostenible mediante la integración de actividades dentro de un marco nacional más amplio, ya que los beneficios colaterales son motores clave del desarrollo de las mismas. Las NAMAs apoyan los compromisos de los objetivos del milenio de la Cumbre Climática relacionados con el ferrocarril en Bangladesh, el transporte urbano en Indonesia y el ahorro de combustible en Perú. Asimismo, en el tema de financiamiento se dieron varias recomendaciones, como el aumento en la capacidad de gobiernos locales y nacionales para acceder a financiamiento climático y para monitorear los proyectos, mejorando la calidad de los estudios de preparación y viabilidad de los mismos, y fortalecido los marcos regulatorios para permitir la inversión. Se hizo hincapié en que las propuestas de financiamiento climático deberían monetizar los beneficios de la reducción de la pobreza, así como los impactos positivos ambientales y sociales resultantes de los proyectos de transporte.
En el tema de adaptación se reconoció la necesidad de comprender mejor los impactos del cambio climático en la infraestructura de transporte, así como la urgencia de promover un financiamiento climático que proporcione los recursos necesarios tanto para mejorar la infraestructura, como para fomentar la capacidad, teniendo en cuenta que la adaptación debe ser un proceso dinámico que incorpore objetivos de desarrollo sustentable. El objetivo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la asignación del 25% de los recursos para el cambio climático, las energías renovables y la sustentabilidad para el año 2015, es una oportunidad para aumentar la adaptación al cambio climático en el sector transporte.
Compromisos de los objetivos de desarrollo sustentable de la Cumbre Climática y su relevancia para la UNFCCC
Una vez concluidos los grupos de trabajo sobre las diversas corrientes temáticas antes mencionados, se abordaron discusiones con respecto al uso de suelo y a los compromisos de movilidad de la Cumbre Climática, los cuales contemplan objetivos ambiciosos en cinco subsectores de transporte. Un resultado clave de estos procesos ha sido la reciente conformación del Grupo de Expertos de Alto Nivel (High Level Advisory Group )de la Secretaría General, cuya reunión inicial sentó las bases para establecer tres objetivos principales: el desarrollo de mensajes coherentes y estratégicos para la agenda de transporte sustentable, con el objetivo de generar un solo discurso y alinear los mensajes sobre temas en común; la supervisión de un informe de perspectivas mundial sobre el transporte para el 2016; y el apoyo que la Secretaría debería brindar para convocar una conferencia internacional sobre transporte sustentable. En este contexto, el transporte sustentable es concebido como un medio para lograr una transformación real y cambios significativos en materia de movilidad, esto como resultado de sus fuertes vínculos con la COP21, las metas de desarrollo sustentable, y la agenda para el desarrollo post-2015.
Fuera de los procesos de Naciones Unidas, se hizo hincapié en que las soluciones movilidad sustentable están siendo ampliamente implementadas a nivel nacional y local (por ejemplo, los vehículos híbridos en Sri Lanka y emobility en Bután), y por lo tanto el trabajo de los promotores de la movilidad sustentable no es decirle a los gobiernos qué hacer, sino trabajar con ellos para incrementar y acelerar el transporte bajo en carbono. Si el vaso en materia de transporte está medio lleno, se debe hasta el momento a la acción de los gobiernos nacionales y locales.
Esta sesión facilitó la participación y generó muchas iniciativas innovadoras y entusiastas, demostrando que aunque que los coches prometen libertad, velocidad y aventura, en la mayoría de los casos no generan ninguna de las tres; que la inversión en el ciclismo es una de las mejores estrategias para mejorar la economía; y que es fundamental promover el empleo y difundir el crecimiento y los beneficios del desarrollo de un transporte sostenible durante los próximos años.
De Lima a París
Una vez concluidas las sesiones, los panelistas reflexionaron sobre una serie de sugerencias brindadas por los participantes con el objetivo de promover mejores métodos para abordar las consecuencias del cambio climático en el sector transporte. Las propuestas incluyeron designar un año completo para conectar el tema de movilidad con cambio climático, desde Lima y hasta París. Otras sugerencias incluyeron una mayor participación en las actividades de divulgación, comunicación estratégica y desarrollo de campañas; un incremento en la demanda municipal para acelerar la transición hacia autobuses eléctricos; y una proliferación mayor en el número de ciudades con días sin auto durante el siguiente año.
Una de las estrategias que brindó el panel se centró en la idea de que el transporte sustentable pueda concebirse a sí mismo como parte de una “gran alianza para combatir el cambio climático”, uniéndose a una comunidad de acción global que dirija los esfuerzos para combatir el cambio climático antes y después del 2020. Ubicar al transporte en un marco más amplio puede brindar confianza a los líderes políticos y a los negociadores para que ellos mismos establezcan una oleada de acciones concretas para impulsar los objetivos de las medidas de mitigación apropiadas a nivel nacional (NAMAs) y, con ello, alcanzar los compromisos nacionales a través de las contribuciones previstas determinadas a nivel nacional (INDCs).
Otra estrategia destacada fue la concerniente a la reforma del subsidio de combustible, señalando que las subvenciones suponen costos de oportunidad para los gobiernos, consumiendo hasta un 20% del presupuesto nacional. Los subsidios distorsionan los mercados, fomentando el uso de automóviles privados y el bloqueo de infraestructura alta en carbono. Una reforma de los subsidios de combustible exitosa, debe implementarse de manera gradual, debe explicarse con claridad y ser ejecutada junto con otros medios de soporte (por ejemplo, cambio en el tipo de combustibles utilizados) para aumentar su relevancia política. Finalmente, se observó que varias de las estrategias mencionadas anteriormente se pueden combinar para maximizar el impacto (por ejemplo, la implementación de t-NAMAs en combinación con las reformas para incrementar las opciones y promover un cambio de modos de transporte). Centrarse en objetivos no climáticos y en los compromisos de cada ciudad, en conjunto con los objetivos de mitigación, puede facilitar el desarrollo de INDCs para los gobiernos nacionales.
Pensamientos finales
La planeación rumbo a París está en pleno apogeo, con la participación de los representantes del gobierno francés durante el Día del Transporte y con un número de trenes que recogerán a los negociadores en las ciudades europeas para comenzar la discusión sobre el papel del transporte en la lucha contra el cambio climático hacia la COP21. Idealmente, París también pronunciará un día sin auto y un mayor uso de autobuses eléctricos durante las negociaciones, para demostrar que los acuerdos y procedimientos dentro de los salones de convenciones, son una realidad en el mundo exterior.
El año pasado sentó las bases y trajo consigo muchos indicios positivos con la inclusión del transporte en el los objetivos de desarrollo sustentable y con los compromisos asumidos en la Cumbre Climática; los grupos de trabajocomo un canal para inspirar acciones estratégicas; y el aumento de interés por parte de la UNFCCC en colaborar con grupos fuera de la Convención. Ciertamente, si queremos reducir los GEI en un 80% para el 2050, el transporte debe correr la última milla del maratón auto-establecido por la UNFCCC.
El vaso del transporte sostenible está claramente medio lleno, y debe continuar llenándose conforme nos acerquemos a París. Mientras la COP20 transcurre, debemos brindar por los esfuerzos llevados a cabo por la comunidad de transporte sostenible hasta la fecha, y debemos dar un trago saludable de ese vaso para tomar fuerzas que nos permitan enfrentar el largo camino que nos queda por delante. #MarcaElCambio de las negociaciones sin esperar hasta mañana … ¡hagámoslo hoy!